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26 De Septiembre, Día De La Bandera Del Ecuador





El 26 de septiembre de 1860, el doctor Gabriel García Moreno adopta el Tricolor Gran colombiano y el Viejo Luchador, Eloy Alfaro, el 7 de noviembre de 1900, autentica y nacionaliza nuestra Bandera con los colores amarillo, azul y rojo en franjas horizontales, con una latitud doble de estos colores y su uso oficial con el Escudo de Armas en el centro del Pabellón.


Posteriormente, desde 1955 se estableció el 26 de septiembre como Día de la Bandera Nacional.


Según el sitio Visitaecuador.com:

El Congreso Nacional en su artículo pertinente, señala: “El Pabellón Nacional será, sin alteración alguna, el que adopte el Ecuador desde su proclamación de independencia, cuyos colores son: amarillo, azul y rojo en listas horizontales, en el orden en que quedan expresados de superior a inferior, debiendo tener la franja amarilla una latitud doble a las de los otros colores.”


Significados de la Bandera de Ecuador

Predomina la sensibilidad cívica, el sentimiento de Patria y un americanismo basado en las glorias independentistas.


Se fortalece su simbolismo con el amarillo que refiérase a América, el azul al atlántico que une Europa con nuestro continente y el rojo que representa la “Madre Patria”. El amarillo concentra las riquezas de nuestro suelo; el azul el océano y el rojo la sangre derramada por nuestros héroes.


En sus colores nace el trabajo y la espiga, los anhelos por sembrar la luz y la abundancia. Todo es amarillo en el ecuatoriano que vierte su esfuerzo por engrandecer a la Patria, revistiéndola de progreso. Cuando el corazón arde de civismo, el cuerpo de la Patria tienen mirada de antorcha para consolidar a las hermanas repúblicas de América.


Sobre los ríos nacen almas que fecundan la tierra impidiendo que el cielo sea negro. Las llanuras azules nos hacen señas desde siglos y el rojo señala el esfuerzo y la mirada de Alfaro hirviendo de esperanza, así lo describe el sitio Onlyfouryoung.com.



26 de septiembre día de la Bandera de Ecuador

Entre los distintivos o símbolos tenemos la bandera, sagrado tricolor en el que bebemos el néctar del fuego de los esfuerzos; en el que saludamos a la integridad territorial, a las glorias nacionales, a la soberanía del estado, a la angustia arrodillada que ora por remediar y vencer el dolor, en fin, al esfuerzo cotidiano que modela el porvenir del país.


Desde el año de 1856, después del “urbinismo”, la nación vivió períodos de levantamientos y conspiraciones, de problemas limítrofes y violencia internas. Los bloqueos de 1858 a las costas ecuatorianas por parte de ramón castilla, el gobierno provisional de 1859, los episodios sangrientos posteriores, el proteccionismo floreano y otros intentos extranjeristas, debilitaron la economía y el espíritu de la patria.


El presidente García Moreno, decretó como día de la bandera el 2 de septiembre. Pero más tarde por decreto de 1955, se estableció el día de la bandera el 26 de septiembre como símbolo de reencuentro de fraternidad y esfuerzo ecuatoriano; bases para un equilibrio político, social y cívico que hagan de la nación, culminación de aspiraciones, fragua de virtud y vibración de ideales.


El origen esplendoroso de la bandera se remonta al ensueño cívico de Francisco de Miranda y que se hace realidad con la sangre de los héroes de agosto, con la sangre del 9 de octubre, del 24 de mayo, con el eco revolucionario del 6 de marzo. en otras palabras, en la bandera se resume la historia de nuestra patria.


De sus colores nace el trabajo y la espiga, los deseos de limpiar la tierra para sembrar la luz y la abundancia. Todo es amarillo en el ecuatoriano que pone su esfuerzo tras de engrandecer a la patria revistiéndola de progreso. Cuando los corazones arden de júbilo, el cuerpo de la patria restablece con mirada de antorcha, queriendo alumbrar a nuestras hermanas república de América.


Nuestra bandera flota alegre en la prosperidad. Enhiesta nos acompaña en los tiempos adversos y en los de heroísmo. Ella cubrió los cuerpos de quienes ofrendaron sus vidas por la patria. Ella cubre los cuerpos fatigados que luchan por un mañana mejor: nadie puede saborear a la patria si no ha contribuido con algo. Nuestro más hondo cariño cívico y nuestra gratitud al tricolor sagrado que nos tiene unidos encendiendo la idea y la aurora de la voluntad para el trabajo, para la nítida transparencia del ideal y para el eco palpitante de la libertad. (Oswaldo Rivera).



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