"El Prefecto me hizo un reconocimiento de alto nivel, hasta el punto que me entregó un document
Fotografía: Manuel Mendez
Por la tarde nos llevamos una agradable sorpresa con el Prefecto de la Provincia de Chimborazo, ya que Manuel Méndez y sus amigos del ministerio de turismo ecuatoriano, que habían participado en las jornadas de turismo cultural implementadas por el colega hispano peruano en junio pasado, le contaron al Dr. Juan Pablo Cruz mi actividad literaria sobre el volcán Chimborazo al escribir el libro que presenté en la Casa de la Cultura de Riobamba el día anterior. El Prefecto me hizo un reconocimiento de alto nivel, hasta el punto que me entregó un documento de la secretaría del Consejo del Gobierno Autónomo Descentralizado de la Provincia de Chimborazo en el que se explicaba que era deber de su Gobierno rendirme un homenaje por ser autor del libro Humboldt. De Berlín a Berlín por el Teide y el Chimborazo y contribuir a la noble historia de su terruño, al inmortalizar a Humboldt, en el 250 aniversario de su nacimiento, junto con el Chimborazo con su aporte del clima, de la fauna, de la flora, así como determinar longitudes y latitudes, medidas del campo magnético del espacio geográfico del Chimborazo para el inicio del desarrollo de la geografía moderna. Honradamente me emocioné y tuve la oportunidad de compartir mi preocupación sobre el futuro del agua y del volcán en relación a la UNESCO.
Me confesó que por el momento las tres provincias estaban trabajando para conseguir la declaración del Chimborazo como Geoparque para luego solicitar del gobierno de Ecuador la propuesta de declaración de Bien Natural del Patrimonio Mundial a la UNESCO, en base a sus valores excepcionales de carácter universal, como el Teide pero a lo grande. En verdad después de escucahrle me quedé tranquilo e ilusionado. Me acordé mucho del poema "Mi Delirio con el Chimborazo" que escribiera durante su estancia en Riobamba, en 1822, el Libertador Simón Bolívar y en el que nombra al Humboldt de 1802 que conoció posteriormente en París después que regresara de los Estados Unidos de América a Francia en 1804. Igualmente evoqué el Código Ético Mundial para el Turismo que me entregó días antes la amiga Lucia Burneo y en el que pude leer entre los diez artículos el número 4, que hace referencia al Turismo como factor de aprovechamiento y enriquecimiento del patrimonio cultural de la humanidad.
Está claro que Riobamba es la ciudad de las primicias, y bien me lo recordaron Eudoro y Gimena y los dirigente del Turismo ecuatoriano. Nos entregaron una libreta donde se pueden leer todas sus primicias
Está claro que Riobamba es la ciudad de las primicias, y bien me lo recordaron Eudoro y Ximena y los dirigente del Turismo ecuatoriano. Nos entregaron una libreta donde se pueden leer todas sus primicias. Algunas me llamaron la atención como la construcción de la primera iglesia en la Real Audiencia de Quito, bajo la advocación de la Virgen de Balbanera; al igual que la concesión que hizo el rey Felipe IV de España, del primer escudo de Armas de la Real Audiencia de Quito y del título de Ciudad Muy Noble y Muy Leal de San Pedro de Riobamba, el mismo rey que le concedió a mi Orotava natal el título de Villa exenta a finales de 1650; ser la sede del primer Congreso Constituyente del nacimiento de la república del Ecuador en 1830, del primer colegio de la república en 1836, del primer estadio olímpico de Ecuador en 1926, y de contar con la primera mujer como alcaldesa de Ecuador en 1983.
Por eso me gustó mucho los libros escritos por el ecuatoriano, Carlos Ortiz Arellano, particularmente la edición en 2015, del folleto Riobamba. En el centro de la historia ecuatoriana. Disfruté mucho leyendo que Riobamba ha sido casi siempre la segunda ciudad del Ecuador, ubicada a 2750 metros sobre el nivel de mar y situada en el centro geográfico del Ecuador, a unos 180 kilómetros de la capital de la República y servida por carreteras y líneas férreas. Asimismo de su historia, como centro de las migraciones culturales, y muy visitadas por estudiosos e investigadores de su mundo volcánico desde el siglo XVIII sin olvidar la cultura Puruhá de gran importancia para entender la formación de la nación ecuatoriana tras la invasión de los incas y luego de los españoles, que eligieron la llanura de Riobamba, junto a la laguna de Colta, como sitio para establecer el 15 de agosto de 1530 la primera fundación en las tierras de Quito (Santiago de Quito) por el mariscal Diego de Almagro, el Cabildo como órgano administrativo y el asentamiento de 68 vecinos en sus respectivos solares. Del asentamiento de los españoles en el siglo XVI se pasó a la consolidación colonial en el siglo XVII y al esplendor riobambeño del siglo XVIII. Cuando Humboldt visitó Riobamba en 1802 la ciudad estaba preparando las campañas por la libertad, y el país caminaba por la senda de la conformación de la república hasta que la ciudad de Riobamba fue escenario en 1830 del nacimiento de la nación ecuatoriana que la convirtió en República del Ecuador. Así se llega a los siglos XIX y XX, antesala del siglo XXI donde lo indígena conoce el comienzo de un cambio de rumbo, de manos de un pastor religioso, el padre Leónidas Proaño. Ante la realidad actual intelectuales como Carlos Ortiz Arellano hacen algunas propuestas de futuro que pueden hacer conducir a Riobamba por la senda de la felicidad social, como epicentro de la historia de Ecuador.
El jueves, 19 de septiembre de 2019, fue nuestro último día en Riobamba y la visita a la biblioteca no podía faltar. Eudoro y Ximena nos esperaban para enseñarle al grupo el contenido de la biblioteca y de la hemeroteca además de preparar la inauguración del Rincón de Humboldt: El libro de Isidoro Sánchez titulado Humboldt. De Berlín a Berlín porDel Teide y el Chimborazo, un cuadro del Teide del pintor tinerfeño Imeldo Bello, láminas de las Cuatro Estaciones del pintor grancanario Pepe Dámaso, un pendrive con libros de Isidoro y Manuel, y documental de La Ruta de Humboldt en Tenerife, de Jaster Creaciones. El acto se cerró con la formalización de un documento entre el amigo peruano Alexi Avilez y los miembros del grupo de la expedición del Teide al Chimborazo, para preparar una expedición a Ayacucho en agosto de 2020, al objeto de realizar actividades humboldtianas en tierras peruanas y establecer también otro Rincón de Humboldt. Unos espléndidos platos de puercos nos despidieron en la misma biblioteca.
QUITO
Regresamos a Quito después de despedirnos del grupo teatral, Jaster y compañía, que se marcharon de viaje por Alausí camino de Cuenca siguiendo la ruta de Humboldt por el sur del Ecuador. Tras parada de rigor llegamos a Quito por la tarde para alojarnos de nuevo en el hotel Marquiz y celebrar en la noche una cena con el matrimonio M&M, Marcela y Milton, que nos sirvió de nuevo para intercambiar ideas y proyectos. En la mañana del viernes 20 de septiembre el amigo Milton Neyra nos llevó a la casa de Lucía Burneo para continuar hasta la urbanización botánica Pakakuna donde disfrutamos de una excelente paseo mañanero antes de almorzar. A las 2,30 me despedí del grupo de la ACH que quedaba en Quito y de la amiga Lucía, que me dejó en el aeropuerto del mariscal Sucre para tomar el avión de Iberia rumbo a Madrid y continuar el sábado hasta Tenerife. En el fin de semana pude ordenar mi reloj biológico y en el recuerdo las orquídeas y los volcanes. Humboldt, el Chimborazo y el Cotopaxi quedaron de nuevo en el recuerdo mental del Ecuador. En Tenerife nos esperaban la Mesa Redonda sobre Alejandro de Humboldt en el Centro de Visitantes Telesforo Bravo y la cata de Vinos de la bodega Viñatigo que presume de sus viñas en los pisos de vegetación que observó Humboldt en el valle de Taoro cuando subió del mar Atlántico al Teide, en junio de 1799.
El sábado 21 de septiembre se estrenó el otoño en el hemisferio norte pero los amigos Manuel, Natalia y Alejandro se quedaron unos días más para poder visitar el Parque Nacional de Chimborazo de la mano de Lucía Burneo. En verdad es que me dio sana envidia. ¡Menos mal que no se fueron a las Galápagos! Curiosamente Alejandro de Humboldt conoció a Charles Darwin el 29 de enero de 1842 en Londres. Es decir un siglo antes de mi nacimiento.
GALERÍA